Ir al contenido principal

Verano fatal: 20 canciones alrededor del sol (y IV)

Habrá quien crea que el ritmo es eso que se lleva en la sangre si procedes de una etnia determinada. Como precisamente la palabra “ritmo” suele ir asociada a muchas de los intentos de canciones que algunos padecemos y otros aplauden cada vez que al complaciente dj de turno le da por plegarse a las exigencias, no podemos obviar que hubo, y hay, grandes instrumentistas de jazz que no se conformaban con mirarse el ombligo y profundizar en su propio virtuosismo, sino que intentaron fundirlo en los brazos de otras músicas igual de frondosas.

Cal Tjader, tan desconocido para la mayoría como necesario para los gourmets de la jerga afrocubana, supo encontrarle el otro lado a esa ola de calor que, más que agobiar, deleita en las notas de su vibráfono. Carmen McRae, otra que tal baila y que bien podría haberse erigido en digna sucesora de la gran señora que culmina esta playlist, le ayudó con su refrescante y nunca bien ponderada garganta en un maravilloso disco que ya está tardando en sonar en sus reproductores. Así se soporta cualquier infierno.

           

Era ya la década de los noventa, la efervescencia creativa solo daba muestras de su presencia con cuentagotas y los días de gloria parecían haberse ido para siempre, si es que alguna vez existieron para una banda ninguneada incluso cuando grabó el monumental "Pet sounds". Bruce Johnston, el único miembro activo en el proceso de grabación en este álbum, intentó redondear como pudo las composiciones de Al Jardine y Mike Love, erigido como el nuevo y temporal capo de los chicos de la playa, entonces en continuas disputas legales con el patriarca Brian Wilson. Un disco deslavazado, producido a base de retales y trucos de estudio que no hizo justicia ni a la carrera ni al vastísimo legado del grupo, y que precisamente por eso merece la pena rescatar. Las comparaciones son demasiado odiosas, incluso si incluyen prefabricadas pero perfectas melodías marca de la casa como esta.

           

Un único disco, un hito imperecedero en el pop español. Que sí, que aquí también hay mucho material apropiado para este artículo, pero solo podían quedar diez y tampoco era cuestión de ser muy obvio. Un inquieto músico de apellido impronunciable y del que nunca más se supo, Iñaki Gametxogoikoetxea, y el hoy afamado ilustrador Javier Aramburu, uno de los padres de la iconografía indie, también contribuyeron a sembrar el camino que luego recorrieron alumnos aventajados como Los Planetas, Le Mans (otros ilustres perdedores), La Buena Vida y tantos otros avispados discípulos que reverencian estética y musicalmente a los de Donosti. Una de esas bellas historias, tanto como el verano que nos describen en esta preciosidad, que se desvanecen sin apenas haber pasado de la introducción. Para los curiosos que aún se interesen por la arqueología sonora, existe una grabación anterior a esta joya, grabada junto a Alaska y Nacho Canut –lo que viene siendo Fangoria, mayormente-: una versión de "El signo de la cruz" de DécimaVíctima, donde ya se adivinaba la entrada al taller de artesanía pop que convirtió a "Un soplo en el corazón" en el disco de culto en que devino con toda justicia.

           

No, hay canciones que no hablan del verano con la referencia que dicha estación ocupa en esta serie, pero lo presagian de una manera entre romántica y nostálgica. Sin saber exactamente si aquí se habla de algo que realmente sucedió en la antesala del estío o se trataba de una mera ensoñación lírica que se repite año tras año en sus vísperas, con frases tan evocadoras como "en un día despejado puedo ver mi vieja casa, y a mi esposa en el patio delantero hablando con los amigos". En época de retornos no deseados a la actividad, escuchar una maravilla de disco titulada "The trials of Van Occupanther" implica la dosis necesaria de calma, envuelta en las habituales atmósferas folk-rock de, probablemente, la mejor banda salida de Texas en los últimos veinte años. Una bonita forma de recordar que cuando llegue la primavera, estarán mucho más cerca las próximas vacaciones.

           

Lo ideal era terminar (o empezar) con un estándar, y como se me venían demasiados a la cabeza, opté por la vía rápida. Y les aconsejo que hagan lo mismo. Escuchen este tema a la hora que quieran, denle las interpretaciones que prefieran, elijan la compañía más adecuada y busquen la versión que les convenga en cada momento. Si dan con las de Janis Joplin, Al Green, Billie Holiday, Miles Davis y Gene Vincent (sí, una asociación inesperada pero fructífera), Sam Cooke, Frank Sinatra, Caetano Veloso, Joni Mitchell o (¡horror!) Celine Dion, únanlas a la cola de reproducción y preparen su propio y suculento monográfico. A los que nos cautiva la década de los cincuenta, entre otras razones por la alianza entre Ella Fitzgerald y LouisArmstrong, se nos sigue haciendo el alma pedazos al escuchar esta pieza magistral de George Gershwin, tan grande que tanto manoseo no ha podido desgastarla. Después de tanto ir y venir, no se me ocurriría otra forma mejor de terminar una dura jornada estival. Sí, amigos, se puede llegar exhausto al final de las vacaciones, pero de felicidad.

            

Hasta el verano que viene. Que ustedes lo suden bien.

Entradas populares de este blog

La fatalidad nos hace invisibles

El destino , nos guste o no, está ahí, cual depredador que saliva copiosamente acechando a su inocente víctima para saciar sus ansias de hacer cumplir lo irremediable, para aplacar las iras de quién sabe qué criaturas divinas que por menesteres de fundamentos establecidos para algún misterioso propósito , o bien por puro albedrío astral, se empecinan por los siglos de los siglos en llevar a cabo tales empresas para deleite o desgracia de los mortales. "Crónica de una muerte anunciada" , obra singular del recientemente desaparecido Gabriel García Márquez , es un referente claro a eso que denominamos destino, a eso tan natural y a la vez tan extraño que encierra el misterio de la vida , tan absurdo y falto de sentido que se nos acaban las hipótesis para dar con alguna respuesta que deje, por lo menos a medias, satisfecha nuestra curiosidad. Esa que siempre se conforma, dadas las circunstancias, con darse con un canto en los dientes si el acontecimiento en cuestión tiene

Arte fotografiando arte

Así es como definimos a Jose Girl, la novia de Enrique Bunbury, la que está detrás de todas sus fotos, plagándolas de efectos antiguos, dándoles una falta de color que se compensa con el que le puede dar el público. Sin duda, un trabajo que le queda genial al cantante como traje promocional.  Jose Girl es fotógrafa, nacida en Zaragoza, estudió imagen allí y en Valencia. En esta última empieza a exponer sus primeras fotografías eróticas y fetichistas. En 2004 empieza a trabajar con Bunbury, haciendo las fotos del disco  "El viaje a ninguna parte"  y desde entonces sus obras han estado básicamente enfocadas en el trabajo de su pareja. Actualmente se está rodando un documental sobre ella, titulado  " Josegirl, ritratto di una fotografa rock!" . Si pinchan en la imagen podrán acceder a su página oficial donde se recoge gran parte de su trayecto como fotógrafa. Raisa McCartney

Two of us: Un encuentro legendario

Por fin hemos encontrado (después de tanto tiempo) la mítica película "Two of us" , emitida originalmente para la televisión americana y ahora con subtítulos en español para toda la población hispanohablante. Como protagonistas tenemos a  Aidan Quinn interpretando a Paul McCartney y a Jared Harris en el papel de John Lennon . Los actores interpretan el encuentro ficticio de lo que podría haber pasado entre los dos músicos durante un encuentro real que tuvieron en abril de 1976 si se hubieran presentado en un programa llamado  Saturday Night Live que les ofrecía 3.000 dólares si se reencontraban en televisión aquella noche y tocaban tres canciones en directo  (si pinchan en la imagen de la izquierda podrán ver al presentador del show haciéndoles la oferta real).