Hablaremos de un término oscuro en su definición e innecesariamente moderno: folktronica. ¿A alguien le suena? Esto de combinar influencias, lograr un sonido reconocible y conseguir figurar en las pequeñas enciclopedias de la nueva música independiente no es fácil desde el momento en que decides bautizar a tu banda con un nombre más o menos afortunado y reúnes a una formación más o menos estable para grabar unos temas retorcidos y brillantes, inflados de psicodelia artificial y dirigidos por la prolífica batuta de Tobacco, un personaje que lo mismo escribe letras inconexas que le susurra al vocoder sus profundos sentimientos.
Viven en Pittsburgh (Pennsylvania) y desde allí los Black Moth Super Rainbow expanden su onda en varias direcciones. La más reciente, "Cobra juicy", publicada en 2012 y sin apenas promoción, como es de suponer. Tanto es así que la canción del vídeo es una de las pocas a las que pusieron imágenes. No conviene mantenerse demasiado lejos de estas polillas.
Viven en Pittsburgh (Pennsylvania) y desde allí los Black Moth Super Rainbow expanden su onda en varias direcciones. La más reciente, "Cobra juicy", publicada en 2012 y sin apenas promoción, como es de suponer. Tanto es así que la canción del vídeo es una de las pocas a las que pusieron imágenes. No conviene mantenerse demasiado lejos de estas polillas.
Seguramente los sobrinos lejanos de The Velvet Underground que más cerca están de perpetuar el legado de las huestes de Lou Reed y John Cale. En sus primeros shows las atmósferas de sus temas eran demasiado obvias hasta que a base de patear escenarios y aprender a afinar sus tiros se convirtieron en la gran esperanza de la establecida base de bandas dedicadas al garage en la bahía de San Francisco (proceden de Oakland, para ser exactos) por el atrevimiento a reunir su base clásica con nuevos y afilados sonidos. Tras una serie de logrados EPs en los que han ido desfogando sus composiciones domésticas, en "Long enough to leave", su última grabación, aclaran definitivamente el horizonte y, sin hacer demasiadas concesiones, abrillantan una propuesta tremendamente atractiva. Vistamos la toga que mejor luce.
El traslado a Florida supone toparnos con otro racimo de sonidos emergentes que pugnan por hacerse el deseado hueco en la escena nacional. De momento, en Fort Lauderdale descubrimos a una banda que pone en práctica las prescripciones básicas del rock independiente en su primer disco largo, un exquisito "Morning light" que los consolida como el nuevo gran nombre de la psicodelia norteamericana menos arisca. Han apostado por la madurez de las melodías y la solidez de un directo que ya les ha llevado a cerrar su primera gira realmente importante. Sweet Bronco, capitaneados por Chris Horgan, el autor de la mayoría de temas, son posiblemente el gran nombre de futuro de esta a todas luces insuficiente selección. Será un placer seguirles la pista iluminados y casi cegados por su luz.
El título del disco que acaban de grabar The New Mystikal Troubadour lo dice bien claro: "L.A. Rock". Aunque la sentencia puede conducir a ciertos malentendidos, claro, teniendo en cuenta que los sonidos clásicos y establecidos de la tradición norteamericana no son precisamente los que más se escuchan entre sus surcos, en todo caso mezclados con teclados esquivos y ritmos anárquicos que a veces dan en la diana melódica. Disponen ya de una nutrida discografía, y solo en 2013 Dave Gibson y Matt Perzinski, un dúo compenetrado al cien por cien, se metieron dos veces en su estudio de grabación de Baltimore (Maryland) para agrupar los últimos apuntes de una producción prolífica y, para no variar, prácticamente desconocida para el resto del mundo.
Entre la juventud psicodélica del siglo XXI también se mueven corrientes de otros tiempos. El garage es la más evidente, pero hay muestras de que el furioso rhythm & blues de los sesenta y hasta ciertos modos propios del power pop tienen cabida en algunas propuestas. La de los australianos (otra vez Melbourne en el mapa) The Murlocs es una de esas rara avis en la que la armónica, un instrumento no demasiado popular en esta vertiente, convive sin dificultades entre los acordes de guitarras y aporta un sabor como de otro tiempo. Esta interesantísima banda ha tocado junto a sus ídolos Thee Oh Sees y aparte de un par de trabajos en gran formato ofrecen otros brillantes EPs y hasta un disco en directo donde plasman de forma apabullante su trabajo en disco. Magnéticos.
El fin del trayecto vuelve a hacer parada en una de las estaciones de paso. En San Francisco, ciudad altamente cualificada para dar cobijo a los inquietos miembros de The Fresh & Onlys, parece concentrarse buena parte de la escena rock contemporánea. En este caso, el último de la serie pero no el menos importante, nos topamos con unos músicos que se reunieron en 2008 para ensayar y grabar canciones inspiradas en todo lo que tuviera cualquier etiqueta de las antes citadas en este post sin llegar a la oscuridad y la distorsión de algunos de sus coetáneos. Hasta seis referencias editadas por el momento, contando su obra más lograda ("Long slow dance", publicada en 2012), les garantizan una continuidad con la que ellos contaban desde el principio. Cuestión de vocación.
P.D.: Pinchando en cada una de las imágenes accederán a los respectivos bandcamps o páginas oficiales para escuchar los discos citados y algunas curiosidades más. Aprovechen la ocasión.