Probablemente si a la mayoría de nosotros (y de los que leen estas líneas) nos preguntaran quién es George DuBose, una sonrisa de avergonzada ignorancia nos iluminaría el rostro y nos obligaría a bucear en la red o en la biblioteca de guardia en busca de la información necesaria. Y máxime cuando nos dicen que tenemos varios discos en casa en los que ese nombre ha tenido mucho que ver, tanto o más incluso que los propios responsables de la grabación. Puede que ahora muchos sabrán a lo que me refiero, seguramente quienes aún sientan un escalofrío de placer cuando desenfundan un vinilo y leen con atención de cirujano anverso y reverso, despliegan el álbum interno y se sumergen en su sonido mientras complementan con imágenes el momento, lugar y circunstancias en que ese trabajo, esa obra de arte en algunos casos, tomó forma sonora.
Curiosamente, la asociación entre dibujos, montajes, fotos o iconografía en general y la música propiamente dicha es algo que habitualmente solo encuentra razón de ser a través de los discos, a diferencia de las ediciones literarias, múltiples y variadas en la mayoría de ocasiones. A eso, al poder de sugestión de la música y a su indisoluble correspondencia en imágenes, reales o sugeridas, dedico este breve homenaje, protagonizado por el nombre citado e incorporado ya en nuestra biblioteca como una de las novedades más apetitosas del año. El exquisito cuidado en la selección, el enorme fondo de archivo y el propio historial del responsable nos hacen señalarlo como imprescindible para todos aquellos que quieran profundizar visualmente en la historia de un movimiento revolucionario a todos los niveles -aún hoy son patentes sus logros- como fue el punk. Gracias a su tremendo ímpetu, en la ciudad de Nueva York, por encima de otras, comenzaron a proliferar salas de conciertos que programaban actuaciones de las nuevas hordas insurgentes: Patti Smith, Blondie, Television y sobre todo Ramones dieron sus primeros pasos y reaparecieron bajo diversas reencarnaciones sobre sus escenarios. El mítico CBGB's inspiró varias novelas entre sus mugrientas paredes, a las que acudiría en masa una juventud desencantada para vivir el exceso de unas noches en las que el "no future" promulgado por sus coetáneos europeos de más relevancia, los Sex Pistols, cobraba más sentido que nunca. Pero también visitamos a través de su objetivo el hoy olvidado Max's Kansas City, otro local clave que albergó a gran parte de la intelectualidad neoyorkina entre los 60 y mediados de los 70 (Andy Warhol era uno de sus más famosos clientes, y The Velvet Underground actuaron allí en repetidas ocasiones), o el espectacular Studio 54, entre otros emplazamientos de renombre. A estas alturas, supongo que el interés por ojear estas páginas será ya de dominio público.
"Hablo música" es un libro que se ve más que se lee, un perfecto y exhaustivo testimonio de la convivencia del fotógrafo, algunos años después, con el grupo más popular de aquella época: los Ramones, con los que trabajó desde la publicación de "Subterranenan jungle" (1983) hasta su testamento discográfico, "Adiós amigos" (1995), doce años en los que carreteras, hoteles, locales y cualquier escenario cotidiano fueron radiografiados desde su particular prisma y que ahora ven la luz definitivamente. Un personaje privilegiado si tenemos en cuenta que los geniales melenudos no eran demasiado partidarios de dejarse captar tan de cerca ni con tanta asiduidad. Si pinchan en la imagen accederán a una web donde ponerse al día sobre la vida, obra y milagros de Mr. Dubose, también conocido por su trabajo como fotógrafo de algunas de las grandes estrellas del hip-hop (Big Daddy Kane y Run DMC entre otros) y por hacer que la música, en sus propias palabras, se vea tal y como suena. De propina, y para recordar un tiempo en el que nos habría gustado vivir, les dejo una actuación histórica de una no menos histórica banda en el CBGB's, no sin antes pedir disculpas por la mala calidad de las imágenes. Considérenlo un documento necesario para situar históricamente el recorrido gráfico al que les invito.