Alguno de los que lean estas líneas puede que tenga en
casa, o en su defecto habrá visto el anagrama dibujado en vinilos o discos
compactos de amigos y conocidos, más de una referencia discográfica del sello
que hizo del jazz el gran género
musical que siempre fue. En unos tiempos mágicos en los que meterse en un
estudio de grabación era poco menos que un regalo de los dioses para quien
componía sus canciones con unos medios casi primitivos, sólo hacía falta que un
alemán huido de la amenaza fascista pusiera sus pies en Nueva York y tomara
conciencia de que hacía falta un soporte más ancho de lo habitual para dar
cabida a las improvisaciones de los pianistas de boogie-woogie que le fascinaron y que venían a suceder a los
grandes maestros de la música clásica que hasta entonces monopolizaban
cualquier tipo de publicación fonográfica. Fue así como, a principios de los
convulsos primeros años cuarenta en USA, el insigne Alfred Lion y su incipiente
empresa buscaron nuevos socios que completaran su necesidad de nuevos y jugosos
descubrimientos sonoros. Uno de ellos fue el be-bop, género del que Art Blakey, Lou Donaldson, Clifford Brown,
Kenny Burrell y muchos otros fueron sus más rutilantes estrellas, dejando
testimonio de ello en rodajas de 30 centímetros envueltas en cuidadas y
primorosamente diseñadas cubiertas (pueden disfrutar de una exquisita selección
de las mismas a través de los tiempos pinchando en la imagen de arriba).
Tras su sólido asentamiento en la década de los 50 como
sello fundamental en el desarrollo y enriquecimiento del jazz y sus correspondientes afluentes, fue en los 60, con la
absorción del soul y sus primeras
incursiones en el catálogo del blues,
cuando el emblema de la discográfica Blue Note se convirtió en símbolo de
distinción y absoluta modernidad. Herbie Hancock, Wayne Shorter, Joe Henderson,
Ornette Coleman… nombres que aún hoy siguen dando las claves de un estilo que
no ha hecho sino consolidarse con el paso de las décadas, y para ello sólo hay
que revisar un fondo de casi 8.000 grabaciones que han devenido en muchos casos
en indiscutibles clásicos de la música popular de cualquier época.
Sobreviviendo a una decadencia que amenazaba con sepultar su
enorme legado, en los años 80 los nuevos responsables acuñaron también nuevas
músicas de fusión e incluso discos de hip-hop,
pero es fundamentalmente a través de las continuas reediciones como su leyenda
ha permanecido impoluta hasta nuestros días. Para dar fe de lo dicho, sólo
tienen que ver el excelente documental de abajo, que repasa toda su historia y que hará
preguntarse a más de un despistado por qué aún no tiene una de estas joyas en
sus estanterías.
El destino , nos guste o no, está ahí, cual depredador que saliva copiosamente acechando a su inocente víctima para saciar sus ansias de hacer cumplir lo irremediable, para aplacar las iras de quién sabe qué criaturas divinas que por menesteres de fundamentos establecidos para algún misterioso propósito , o bien por puro albedrío astral, se empecinan por los siglos de los siglos en llevar a cabo tales empresas para deleite o desgracia de los mortales. "Crónica de una muerte anunciada" , obra singular del recientemente desaparecido Gabriel García Márquez , es un referente claro a eso que denominamos destino, a eso tan natural y a la vez tan extraño que encierra el misterio de la vida , tan absurdo y falto de sentido que se nos acaban las hipótesis para dar con alguna respuesta que deje, por lo menos a medias, satisfecha nuestra curiosidad. Esa que siempre se conforma, dadas las circunstancias, con darse con un canto en los dientes si el acontecimiento en cuestión tiene
Así es como definimos a Jose Girl, la novia de Enrique Bunbury, la que está detrás de todas sus fotos, plagándolas de efectos antiguos, dándoles una falta de color que se compensa con el que le puede dar el público. Sin duda, un trabajo que le queda genial al cantante como traje promocional. Jose Girl es fotógrafa, nacida en Zaragoza, estudió imagen allí y en Valencia. En esta última empieza a exponer sus primeras fotografías eróticas y fetichistas. En 2004 empieza a trabajar con Bunbury, haciendo las fotos del disco "El viaje a ninguna parte" y desde entonces sus obras han estado básicamente enfocadas en el trabajo de su pareja. Actualmente se está rodando un documental sobre ella, titulado " Josegirl, ritratto di una fotografa rock!" . Si pinchan en la imagen podrán acceder a su página oficial donde se recoge gran parte de su trayecto como fotógrafa. Raisa McCartney
Por fin hemos encontrado (después de tanto tiempo) la mítica película "Two of us" , emitida originalmente para la televisión americana y ahora con subtítulos en español para toda la población hispanohablante. Como protagonistas tenemos a Aidan Quinn interpretando a Paul McCartney y a Jared Harris en el papel de John Lennon . Los actores interpretan el encuentro ficticio de lo que podría haber pasado entre los dos músicos durante un encuentro real que tuvieron en abril de 1976 si se hubieran presentado en un programa llamado Saturday Night Live que les ofrecía 3.000 dólares si se reencontraban en televisión aquella noche y tocaban tres canciones en directo (si pinchan en la imagen de la izquierda podrán ver al presentador del show haciéndoles la oferta real).