El inglés es un idioma inteligente. Marca a las terceras personas con una "ese" para que quede claro cuál es su lugar como sujeto activo. Para que se sepa quién es el responsable, y que eso no afecte al tú o al yo, sino a "ese". Hay veces que sólo por una letra se pierde la identidad, la propiedad y la seguridad. Nadie tiene derecho a apropiarse de lo que no está marcado como suyo, para eso están las otras personas, actuantes, no pasivas, a las que no se marca con ninguna letra. Sin embargo, al final, los que quedamos marcados somos nosotros... La primera persona es la más susceptible, definitivamente.
El destino , nos guste o no, está ahí, cual depredador que saliva copiosamente acechando a su inocente víctima para saciar sus ansias de hacer cumplir lo irremediable, para aplacar las iras de quién sabe qué criaturas divinas que por menesteres de fundamentos establecidos para algún misterioso propósito , o bien por puro albedrío astral, se empecinan por los siglos de los siglos en llevar a cabo tales empresas para deleite o desgracia de los mortales. "Crónica de una muerte anunciada" , obra singular del recientemente desaparecido Gabriel García Márquez , es un referente claro a eso que denominamos destino, a eso tan natural y a la vez tan extraño que encierra el misterio de la vida , tan absurdo y falto de sentido que se nos acaban las hipótesis para dar con alguna respuesta que deje, por lo menos a medias, satisfecha nuestra curiosidad. Esa que siempre se conforma, dadas las circunstancias, con darse con un canto en los dientes si el acontecimiento en cuestión tiene