Hoy nos ocupamos de la última de Jim Jarmusch. Atendiendo al acertado título, la historia va sobre las cosas que hacen que merezca la pena seguir existiendo (sobreviviendo), resumiéndolas en un solo concepto: EL AMOR. El amor hacia la pareja y la familia. Hacia la música y la literatura. El amor por el arte y la ciencia. Esas cosas que diferencian al género humano de las demás especies y que nos convierten en algo verdaderamente mágico e irrepetible.
Mr. Jarmusch decide hablar del tema a través de una "peli de vampiros”. Si, has leído bien. Y es realmente brillante porque permite llevar los conceptos referidos hasta el más puro límite.
Nadie como alguien condenado a vivir eternamente para ilustrarnos sobre el arte de existir. Sobre lo que puede hacer que merezca la pena sobrevivir a toda costa. Nuestros protagonistas principales se perpetúan en el tiempo a través del Arte y del Amor (y un poco de cero negativo). Se presentan como creadores y transmisores de la cultura desde su origen. Adam como músico, Eve en el terreno de la literatura. Ambos amantes desde hace tanto tiempo que bien pudieran competir en antigüedad con los bíblicos Adán y Eva (Adam and Eve). Los demás (quizá nosotros) son (somos) zombis condenados a una obsolescencia que sólo en algunos momentos nos permite una momentánea conexión con la pureza. Aprovechémosla. A lo mejor está mejor así. ¿Quién podría soportar la eternidad cuando no es capaz ni siquiera de abarcarla en su mente?. Hay más protagonistas y eventos que completan el metraje y de los que no voy a hablar (por ahora).
El filme se ambienta entre Tánger y Detroit, mostrando los aspectos más demacrados de ambas ciudades en un hermoso ejercicio de composición y ritmo. Naturalmente, la banda sonora es excepcional, ciertamente imprescindible y protagonista desde el minuto cero.
Veamos un momentaco musical como ilustración.
¿Te apetece ver el tráiler?
Una historia sobre supervivientes. Sobre el Arte, la Ciencia y la Cultura. SOBRE EL AMOR. ¿Podrás resistirte?