Cuando nos adentramos en el fascinante y complejo mundo de la mente humana, uno de los personajes que con más viveza nos llega a la memoria es Sigmund Freud. Este eminente y controvertido científico vienés fundó las bases del psicoanálisis en el siglo pasado, siendo apodado acertadamente como el padre del mismo. Uno de sus trabajos más célebres es el del tratamiento a través de métodos hipnóticos de traumas psíquicos, donde el subconsciente pasa a ser una herramienta clave para poner de manifiesto el origen del trastorno mental. La interpretación de los sueños es la base del psicoanalista para descifrar los enigmas que encierra nuestra mente, y el trance a que el paciente se somete sitúa al subconsciente en ese diván imaginario listo para ser analizado. A colación del reciente estreno el pasado año de "Un método peligroso", en el que un magnífico Viggo Mortensen interpreta a un Sigmund Freud deliberadamente visceral, hoy les vengo a recomendar, cuando se cumplen 50 años de su estreno, otra vertiente de este afamado personaje en "Freud, pasión secreta". Dirigida por John Huston, con un convincente Montgomery Clift en el papel protagonista, recrea la vida del ciéntífico entre 1885 y 1890, cuando la medicina se negaba a ver como una posible enfermedad a la histeria y el método hipnótico de Freud empezaba a revelarse como una posible cura. El film trata también la polémica teoría de Freud acerca de la sexualidad infantil perversa, el complejo de Edipo y sus consecuencias en la edad adulta. El rodaje no estuvo exento de inconvenientes en torno a la figura de Clift, el cual estaba enfermo día sí y día también y cuya motivación en el desempeño de su trabajo era poco más que anecdótica. Aun así, el actor consiguió interpretar un papel excelente y la película fue un éxito de público y crítica. Acompañado de una también excelente Susanna York, obtuvo una nominación al Oso de Oro en Berlín. Podrán conocer la filmografía y un resumen de la carrera de su mítico director pinchando en el cartel. Acomódense en el diván y saquen fuera todo lo que les incomode.
Charlie 72