Nunca sabremos a ciencia cierta hacia donde nos llevarán nuestros pasos, cuando la caprichosa maquinaria del destino se pone en funcionamiento arrastrando todo lo que encuentra en su camino. A veces los desígnios inalterables del mismo se superponen en gran medida a lo que en un principio creíamos iba a suceder, y el final (bueno o malo), que habíamos imaginado no se corresponde en absoluto con el desenlace real.
Hoy les presento una historia romántica, triste, soñadora, con tintes sarcásticos, en la que la dignidad del protagonista se ve pisoteada en demasiadas ocasiones y el rompecabezas que supone el devenir tumultuoso de la vida aporta las piezas necesarias para que, por esta vez, unas vayan encajando con las otras. Les hablo de "El Apartamento", un clásico de 1960 producido y dirigido por Billy Wilder, ganadora de cinco Óscars y protagonizada por Jack Lemmon y Shirley Mclaine. Una comedia romántica en la que un extraordinario ritmo narrativo unido a un Jack Lemmon en estado de gracia, junto a una dulcísima Shirley Mclaine digna de los más brillantes elogios, otorgan un poso demasiado relevante para que esta película pueda estar entre las grandes historias contadas a través de la gran pantalla. La hipocresía de la sociedad de la época, la deshumanización de la persona frente a las grandes empresas, y el postulado a favor de esos valores de bondad inmensa personalizados en los protagonistas, conforman el todo de este adorable film. Disfrútenlo y pinchen en el cartel si quieren conocer algunas curiosidades de su rodaje.
Charlie 72
Hoy les presento una historia romántica, triste, soñadora, con tintes sarcásticos, en la que la dignidad del protagonista se ve pisoteada en demasiadas ocasiones y el rompecabezas que supone el devenir tumultuoso de la vida aporta las piezas necesarias para que, por esta vez, unas vayan encajando con las otras. Les hablo de "El Apartamento", un clásico de 1960 producido y dirigido por Billy Wilder, ganadora de cinco Óscars y protagonizada por Jack Lemmon y Shirley Mclaine. Una comedia romántica en la que un extraordinario ritmo narrativo unido a un Jack Lemmon en estado de gracia, junto a una dulcísima Shirley Mclaine digna de los más brillantes elogios, otorgan un poso demasiado relevante para que esta película pueda estar entre las grandes historias contadas a través de la gran pantalla. La hipocresía de la sociedad de la época, la deshumanización de la persona frente a las grandes empresas, y el postulado a favor de esos valores de bondad inmensa personalizados en los protagonistas, conforman el todo de este adorable film. Disfrútenlo y pinchen en el cartel si quieren conocer algunas curiosidades de su rodaje.
Charlie 72