Todo lo que un hombre posee, familia, amigos, esa rutina cotidiana tan cansina a veces, pero que al perderse forma en nosotros esa costra de melancolía tan poderosa; puede desaparecer en cualquier momento por circunstancias de esta vida, tan complicada como maravillosa.
De esto precisamente, de la vida y de sus azarosas y muchas veces incomprensibles maniobras para arrancarnos de nuestra placentera existencia y lanzarnos directamente a un infierno del que no podremos volver jamás, trata la película que hoy les propongo, "El cazador", que Michael Cimino estrena en 1978, consiguiendo la estatuilla al mejor director, a la cual habría que sumar cuatro más: mejor película, mejor actor de reparto (Christopher Walken), mejor montaje y mejor sonido.
El tema tan recurrente de la guerra de Vietnam, tratado por el director y el guionista Deric Wahsburn, para hacernos reflexionar sobre las secuelas terroríficas, en este caso no tanto físicas como psicológicas, que el ex-combatiente padecerá toda su vida, es el argumento principal de este film, que puso de manifiesto por primera vez un trágico pesimismo en torno a las consecuencias del conflicto.
Destacar el papel estelar de Robert de Niro (Mike Wromsky), aparentemente inexpugnable pero roto por dentro, una bellísima Meryl Streep, un impecable Christopher Walken (Nick), y un admirable John Cazale, que raya un papel a la altura del mítico Fredo Corleone. El duelo final entre Mike y Nick pone de manifiesto la duda de quién será el ganador, el que quede con vida o el que muera.
Destacar también la fotografía de Vilmos Zsigmond, y una melodía de Stanley Myers para la historia, interpretada curiosamente a la guitarra por el también compositor John Williams.
Charlie 72