James Byron Dean nace en Marion, en el estado de Indiana, el 8 de Febrero de 1931. Su infancia transcurre bajo el amparo protector e imprescindible que su madre le proporciona (se dice que estaba profundamente unido a ella), hasta que muere cuando él contaba 11 años de edad. Tras este suceso su vida cambia radicalmente, cuando es enviado a vivir con sus tíos a una granja en Fairmount, donde es educado en un ambiente cuáquero. Según cuenta Liz Taylor, confidente suyo durante el rodaje de "Gigante", el joven Jimmy Dean sufre abusos sexuales por parte del pastor de su iglesia, los cuales acabaron marcando su personalidad, plasmada muchas veces en muchos de sus papeles dramáticos. Sus escarceos como actor empezaron en el teatro, y en 1950 empezó a conseguir pequeños papeles en televisión, donde destacó en un anuncio de Pepsi. La fama le llegaría en 1954, cuando el director Elia Kazan le ofrece el papel de Cal Trask, en "Al este del Edén", por el que fue nominado al Óscar al mejor actor. En este rodaje conocería a la que fue el gran amor de su vida, Pier Angeli. Ésta decidió casarse con el cantante Vic Damone, y se cuenta que en la ceremonia de la boda Dean estuvo acelerando con su moto en la puerta de la iglesia incordiando para que ésta no se produjera. Otras obras culmen de su corta filmografía fueron "Rebelde sin causa" y "Gigante", y en esta última conseguiría su segunda nominación al Óscar como mejor actor. Perdió la vida en accidente de tráfico a los 24 años, cuando un Ford conducido por un estudiante se le echó encima y nada pudo hacer para esquivarlo, convirtiéndose en ese momento en el mito que todos adoramos. Si pinchan en la imagen podrán escuchar un interesante audio-homenaje a su inmortal figura.
El destino , nos guste o no, está ahí, cual depredador que saliva copiosamente acechando a su inocente víctima para saciar sus ansias de hacer cumplir lo irremediable, para aplacar las iras de quién sabe qué criaturas divinas que por menesteres de fundamentos establecidos para algún misterioso propósito , o bien por puro albedrío astral, se empecinan por los siglos de los siglos en llevar a cabo tales empresas para deleite o desgracia de los mortales. "Crónica de una muerte anunciada" , obra singular del recientemente desaparecido Gabriel García Márquez , es un referente claro a eso que denominamos destino, a eso tan natural y a la vez tan extraño que encierra el misterio de la vida , tan absurdo y falto de sentido que se nos acaban las hipótesis para dar con alguna respuesta que deje, por lo menos a medias, satisfecha nuestra curiosidad. Esa que siempre se conforma, dadas las circunstancias, con darse con un canto en los dientes si el acontecimiento en cuestión tiene