En la inmensidad de esos momentos en los que creemos estar invadidos por algo maravilloso y a la vez terriblemente efímero, no podemos más que constatar la veracidad de tales acontecimientos y grabarlos a fuego en lo más profundo de la memoria.
Volátiles y escurridizos se nos escapan, quién sabe si a golpear las puertas de la felicidad de cualquier otro ser, dejándonos con la certera creencia de que el sol se pondrá demasiadas veces antes de que otro ángel vuelva a sobrevolar nuestras cabezas en otra luminosa mañana.
Charlie 72
Charlie 72